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domingo, 30 de agosto de 2009

REAPARECES



Reapareces de repente en mi vida
como un enigma me devuelves la sonrisa
acepté que tu amor estaba para mi perdído
mas pude ver que aun estaba muy vivo.

Me arrastraste de nuevo hasta tus brazos
no me pude resisitir sabes que te amo
me entregaste lo que un dia ya fue mio
mi cuerpo vibró al sentir tu cuerpo encendido.

Nos amamos como si se nos fuera en ello la vida
no dejamos ni un momento de sentirnos
lo mucho y lo poco el todo y la nada se iba
junto a ese amor que nació en dos mundos tan distintos.

Mañana amanecerá y tu amor se habrá ido
no quisiera despertar mi amor si no es contígo
los dias...las semanas...y los meses son un castigo
quiero que cumplamos la promesa que nos hicimos.

Volveremos a encontrarnos en aquel piso vacío
donde guardo los recuerdos de aquél amor dormido
tu me has regalado una ilusión que hemos compartido
no malgastemos los momentos, vuelve pronto conmigo.





sábado, 29 de agosto de 2009

TE AMARÉ HASTA LA MUERTE

Hoy estaba intentando ver la tele, aunque en realidad ni la miraba.
De repente me encontré pensando en ti, y recordando nuestros encuentros.

Recuerdo como te gustaba quedar siempre en el mismo sitio. Decias que era nuestro espacio, nuestro rincon, donde nadie sabría nunca que nos encontrabamos.
Olor a libertad...a tu esencia, esa esencia que desataba mis instintos mas femeninos...y dejaba al descubierto mis mas profundos deseos.

Allí, me sentía única, me sentía viva...y tu mirada y el amor que me demostrabas, me daba fuerzas para seguir viendonos a escondidas del mundo.
Nuestras manos no sentían miedo al tocarse, ni mi cuerpo al rozarse con el tuyo. El tiempo se paraba por unos instantes cuando tu me mirabas, mi corazón latía deprisa...y entonces tu me acariciabas la cara, retirandome un mechon de pelo, callados, en silencio, nada mas que el sonido de los pajaros...y el correr del agua en el rio.

Me cogiste de la cintura, me llevaste hacia ti, y mi cuerpo se sentia flotar, como si quisiera quedarse unido al tuyo para siempre.
Me besaste con pasión, yo te respondí con mi cuerpo entregado y mi lengua inflamada de placer.
Nuestros cuerpos se tocaban se acariciaban, no dejabamos ni un mínimo espacio entre los dos...para que entrara ni un gramo de aire, nada mas que nosotros, y nuestro amor.

Recuerdo lo que me dijiste, nunca lo olvidaré, cada vez que lo recuerdo es como si lo volviera a escuchar de tus labios.

"Te amaré hasta la muerte. Hasta que mi aliento quede extinguido en el tiempo, incluso hasta después de ella velaré por ti si muero antes que tu".

Estas palabras quedaron grabadas en mi corazón y en mi retina, viendo tu cara, tus ojos brillantes...emocionados por todo el amor que sentiamos el uno hacia el otro.
Ahora recuerdo aquello, y sonrío, al saber que tu en tu soledad piensas en mi. Que el tren pasó, pero cada uno en su andén, aún tiene esperanzas de que ese tren vuelva a pasar algun dia.


viernes, 28 de agosto de 2009

INFIÉL


Veteranas y pacientes son tus manos
que rodean mis senos con descaro
que hilvanan de caricias traicionando...
a la que en tu hogar el fuego está cuidando.

Mentiras tras mentiras engañando
a esa, la que guarda tus cachorros
y tu como un desaprensivo restregando
tus vergüenzas en otros cuerpos sin decoro.

Te espera hasta las tantas levantada
creyendo que regresas del trabajo
ella nunca te reprocha nada
y tu sin embargo la sigues traicionando.

Una noche llaman a tu casa
tu esposa descuelga el auricular
y al otro lado se está escuchando
como copulas con la otra sin parar.

Tu esposa se desarma entre sollozos
jamás creyó que su amor fuera capaz
coge las maletas y a tus hijos
solo te quedaste...por ser un truán.

Esa amante mujer, sin moral ni corazón
te jugó una mala pasada,
es lo que tiene engañar al amor.
Ahora quiere ocupar el puesto...
de la que por desleal te abandonó.






jueves, 27 de agosto de 2009

FRUTO DEL AMOR?... 2ª PARTE

La blancura de las paredes le recordaba su nueva casa. Aquella con la que tanta ilusión sacó adelante, su hogar junto a su familia.

Las carreras por los pasillos,
_ Niños dejar de armar jaleo, este no es sitio para jugar.
_ Joooo!!...la abuela vieja nos ha dicho que podemos.
_ La abuelita está pachucha y no tiene ganas de ruidos.
_ Anda hija, llevatelos fuera, que corran y salten, al fin y al cabo son niños, necesitan jugar, ellos no entienden de tristezas.

Jesus se sentó junto a su madre, y la abrazó.
Ella con su mirada perdída iba recordando retazos de toda su vida junto a él.

La habitación en penumbra, como en tantas ocasiones, ella le esperaba, pero esta vez no regresaría. Allí postrado frente a ella...su amor, el amor de su vida, el que tanta felicidad le dió...yacía.
Su corazón cansado, se paró.
Fueron sesenta y dos años de felicidad. cincuenta y ocho de matrimonio, compartiendo su vida llena de alegrias, y momentos amargos, como todas las historias.
Pero esta era diferente, algo la hacía diferente.

Ella calló durante toda su vida un secreto, un gran secreto que hizo feliz a su esposo, tal vez de haberlo sabido ella no estuviera allí velandolo en esos momentos, pues en aquella época tal vez se la hubiera tachado de otra manera, y no de ser la víctima.

Jesus había hecho todo lo posible aquél dia por reanimar a su padre.
Es cirujano en un importante hospital, aunque eso no le sirvió de nada cuando quiso salvarle, pues fué demasiado fuerte el dolor...y se le fué la vida entre sus manos.

Para él, su padre era un ejemplo a seguir, era toda su admiración.
Le enseñó unos valores en la vida muy importantes, que siempre siguió. Era honrado...trabajador...cariñoso...todo lo que una persona debería de tener.

Maria recuerda aquel dia en que su hijo, les comunicó que quería ser médico.
Estaba poniendo la mesa, y recuerda como los vasos que llevaba en las manos, se le escurrieron sin poder remediarlo. Le vinieron recuerdos imborrables, que aunque se habían quedado escondidos en algun rincón...de pronto salieron a la luz.

Jesus era bastante alto, como su padre biológico, habia heredado su físico...pero no su corazón. El corazón la había heredado de su padre José. Si, aunque parezca mentira, así era, siguió su ejemplo toda su vida, alimentando sus enseñanzas, y así compartió esa humildad y saber estar.
Las facciones y los gestos eran de Maria, no había duda, arqueaba la ceja, siempre cuando algo no le convencía, o no le gustaba.

Se había casado con una compañera de facultad, fué un flechazo, y ya llevaban 34 años juntos, de ese matrimonio nacieron Lucía y Samuél.

Lucía de ventisiete años, peleaba con sus hijos, dos gemelos de cinco años que no dejaban parar nada.
Se había separado hacía un año...había sido una relación bastante tormentosa, y a pesar de que la separación era lo mejor para ella... la vida se le venía encima, pero siempre tenía la ayuda y el apoyo de su familia...que eran una piña siempre con ella.
Samuél de ventitrés años, vivía en Salamanca, allí cursaba sus estudios de ingeniería. Tenía una novia que había conocido allí.

Maria pensaba en aquellos tiempos en que José y ella veían imposible crear una familia, y ahora sentada allí, se daba cuenta de la familia que habían creado.
Se sentía acompañada siempre, nunca los dejaban solos cuando vivía su esposo, y ahora que él ya no estaba, no la dejarían sola jamás.

Su nuera Amalia era una hija para ella, mujer de gran corazón, que perdió a sus padres en un accidente de coche cuando ella aun era novia con Jesus, y la arroparon siempre para que no se sintiera sola.
Ella siendo una mujer agradecida, y siendo como era Maria, siempre tuvieron una confianza y un cariño muy especial.
Maria, a pesar del dolor que sentia por la falta de su esposo...se sentía feliz de ver lo que habían logrado en la vida.
De haber compartido toda su vida con ese gran hombre...y haber sabido inculcar ese amor a los demás...y a su hijo.

En esos momentos algo le pasó por la mente, y sin saber como...y después de tantos años, sintió que debía de dar las gracias a alguien...a pesar de haber tenido que vivír con ese secreto el resto de su vida.
De sus labios se deslizaron unas simples pero valiosas palabras.

Gracias Juan.






FRUTO DEL AMOR?...

En la penumbra de aquella casa antigua, de un pueblo asturiano, sin luz electrica....Maria pasaba las horas, esperando a que llegara su esposo de la mina.
Era un dia de invierno bastante malo, estubo lloviendo casi todo el dia, ya se sabe que por el norte el clima suele ser así, pero Maria no aguantaba mas esa situación.
Vivía con el corazón en un puño cada dia esperando el regreso de José...

Hacia dos años había sufrido un derrumbe el tunel donde se encontraba, y quedaron atrapados 6 mineros entre ellos su esposo, tuvo suerte y solo tuvo que pasar dos dias en el hospital, en la capital por deshidratación, y debilidad.
Fueron tres dias interminables, para el pueblo...y sobre todo para Maria, que no sabía si seguía con vida.
Por suerte no tuvieron que lamentar víctimas, no en esa ocasión, pero si otras veces había habido muchas bajas de hombres trabajadores, que dejaron su vida bajo tierra por un puñado de calderilla, que poco les sacaba de su triste y humilde vida.

Maria queria salir de allí como fuera, era joven, con tan solo 23 años quería cambiar de vida, quería formar una familia, pero aquel hogar ni el sitio donde vivían, era el apropiado para un niño.
Vivía siempre con miedo, pensando cada dia si su esposo regresaría sano y salvo a casa.

Esa noche José, como casi todas las noches, llegó tarde, muy cansado, y lleno de carbonilla, como de costumbre.
Cuando se hubo lavado, en el gran barreño de latón que tenían en el cuarto, y que llenaban con agua caliente que Maria se encargaba de prepararla en la lumbre de la cocina de carbón, en un puchero, para cuando él llegara.

Una vez aseado, con su camisa limpia, las mangas arremangadas hasta los codos, su pantalon pefectamente planchado y su pelo bien peinado hacia atrás, hacia que se apreciara el atractivo que ese hombre poseía, pero a pesar de sus 28 años, parecía un hombre de mas edad.
Sus rasgos duros, su piel curtida, sus manos castigadas por el pico...hacían de José un hombre duro, aunque en el fondo estaba cansado de esa vida.

No podían plantearse salir de allí, no disponían de medios suficientes, y Maria poco podía hacer, solamente el ír a limpiar, y a planchar como cada dia a casa del médico del pueblo
por cuatro perras gordas.
Juan, el médico...un hombre maduro de unos 45 años soltero, o al menos vivía solo.

Maria, era una mujer bella, pero solo vivía para su gran amor...José.
Deseaban tener un hijo, a pesar de la humildad en la que vivían, era su sueño, pero ese hijo no venía, llevaban intentandolo mas de un año.

En esa època, corría el año 1954, siempre se decía cuando un matrimonio no conseguía ese hijo ansiado, que era culpa de la mujer que no valía.

Un dia como tantos, Maria se presentó en casa del médico para empezar su tarea, ella llevaba una llave, pues él se suponía que a esas horas estaba haciendo las visitas a las gentes que le llamaban para que los visitara en sus casa, en ese pueblo, y en alguna aldea cercana, a la que se trasladaba en bicicleta desde el pueblo.

Ella siempre tenía libertad para entrar y salir cuando quisiera, era muy exigente consigo misma y hasta que no terminaba sus tareas...no se íba.

Ese dia al ir a girar la llave se dió cuenta de que no estaba echada, y se extrañó.
Pasó y llamó, preguntó si estaba Juan el médico dentro, pero nadie contestó. La casa era muy grande, con dos plantas y un gran patio al fondo, por lo que María se asustó, pues pensó que alguien habría entrado y estaría escondido.
Cuando estaba dispuesta a irse para avisar a alguien de lo que pasaba, apareció él.

Juan era un hombre bastante abierto con todo el mundo, muy buena persona a vistas de la gente, pero Maria había visto varias veces botellas vacías de vino, e incluso wisky.
Para vivír el solo, y no recibir apenas visitas le parecía un poco extraño.
Al acercarse a ella, esta pudo percibir el olor a alcohol, y sus ojos vidriosos.
Juan cerró la puerta con llave y la guardó, Maria se sintió totalmente deshubicada no sabia que pasaba, Juan la agarró del brazo y bruscamente la pegó a su pecho y con una fuera brutal que la hizo gritar, la besó.
Maria sintió unas arcadas que no pudo disimular e intentó zafarse de su cuerpo, pero él al ver que no la correspondía la abofeteó, y la llevó a su habitación.
Maria se sentía pequeña, insignificante ante aquel monstruo que la estaba maltratando, no entendía por que actuaba así.

La casa del médico estaba a las afueras del pueblo, dando a un monte por el norte que era hacia donde daba su dormitorio.
Nadie podría oirlos, Maria estaba perdída, su jefe, ese hombre educado y amable...se había convertido en una bestia.
La sobó, la besó, y la desnudó al tiempo que la chupaba, babeaba, y su aliento la estaba axfisiando, ella seguía luchando contra él, pero nada podía hacer, sus sollozos era lo unico que podía liberar.

La tumbó en la cama, y acto seguido se avalanzó a ella sin darle tiempo a poder incorporarse ni una pizca, su cuerpo quedó al amparo de aquella bestia.
La penetró varias veces sin ningun miramiento, de una forma bestial, Maria no pudo mas y se rindió, ya se había salido con la suya, su cuerpo quedó derrengado, tirado en aquella cama, que olía a alcohol...sudor... su cuerpo olía a él,sus babas habían invadido todo su cuerpo, y la sensación que le quedó fue la de desamparo, asco, impotencia...y mucho dolor.

Pensó en su esposo, lloró y lloró, pero nada podia hacer, ya nada se podía hacer.

Maria regresó a su casa, lavó su cuerpo con mucho cuidado, y actuó como si nada hubiera pasado.
Pensó que sería mejor así, para que José no sufriera, y al fin y al cabo, sabía que Juan no diría nada, esto antes de saber que había desaparecido, por lo que no tuvo problema al excusarse de tener que ir a trabajar.

Juan desapareció, a los pocos dias, hubo un gran revuelo en el pueblo, pues se escuchó, que le habían encontrado en el monte con un tiro en la cabeza. Se había suicidado, algunos decían que su esposa le había abandonado hacía dos años para irse con otro, y que no lo pudo soportar, se echó a la bebida.

Pasó el tiempo, y Maria empezó a sentirse mal, sentía nauseas...mareos...y se temió lo peor.
Con el tiempo se dió cuenta de que estaba embarazada, pensó en hacer algo para abortarlo, pues no sabía si podría soportar al hijo de un violador en su vientre, al hijo de la bestia, pero cuando empezó a sentir sus movimientos y pataditas, sentía que era suyo, que le pertenecía, y él no era el culpable de lo que ocurrió aquél fatídico dia.

Pensó en seguir su curso y darle la noticia a su esposo como algo natural, como si nada hubiera pasado, aunque no creía que fuera capaz de ocultarlo por mas tiempo la verdad.
Una noche cuando regresó José, se sentaron a cenar, y le dió la noticia, María se sentía cruel por aquella mentira, pero al ver su cara de felicidad...supo que había obrado de la mejor manera posible.
La besó...la cogió en volandas...con esta noticia le hizo el hombre mas feliz de la tierra.

Maria sintió cariño por aquél bebé que esperaba, sintió que le pertencía, y que sería la felicidad de una nueva familia.

Al poco tiempo llegó un primo de José con una buena noticia. En la capital necesitaban un camionero para repartír el pescado a las tiendas. José no se lo pensó dos veces, llevaban demasiado tiempo intentando salir de aquella vida, y en la capital había mas posibilidades de darle una vida mejor a su retoño.
Le pidió que le fuera buscando una vivienda, mientras ellos dejaban todas sus cosas en orden antes de mudarse.
Cuando María estaba en su septimo mes de embarazo se trasladaron a la capital.
Una nueva vida se divisaba para los tres.
Mejores condiciones de vida, una casa en la que si había electricidad...e incluso tenía water dentro de la vivienda. Eso ya era mas de lo que ella esperaba.
Su nueva vida...su sueño hecho realidad, tan solo faltaba dar el ultimo paso para que esa felicidad fuera plena.

Y llegó el momento de dar a luz, el embarazo había sido bueno, por lo que vieron oportuno parír en casa. José estaba trabajando llegado el momento cuando ella se empezó a sentir mal, una vecina avisó a una comadrona que vivía dos calles mas abajo.

José llegó un momento antes de que naciera su hijo.
A las 7 de la tarde nació su único hijo, varón de casi cuatro kilos de peso.

María y José llenos de felicidad se abrazaron, habían conseguido el sueño de su vida, crear una familia.
Como?...eso ya no importaba, lo verdaderamente importante era, que Jesus, como así se llamó su hijo, llegó a este mundo para hacer feliz a una pareja que se amaban con toda su alma....y que su mayor deseo era crear y dar vida al fruto de ese amor.
Este no sería el fruto de ese amor...pero la vida le enseñaría a Maria que no es mas importante el crearlo, sino el criarlo y mantenerlo vivo.


miércoles, 26 de agosto de 2009

LLEGAR HASTA TI


Quiero trepar por los muros del amor,
esos que creaste, entre tu y yo,
agazapado al otro lado te escondes...
evitando mis llamadas, no respondes.

Quiero llegar hasta tí lentamente,
aunque me cueste la vida tenerte,
porque si vivo sin tí, no hay vida,
y si muero por tí es para siempre.

Déjame que despacio me empape...
de este deseo de poder amarte,
deja que tu corazón sea libre...
y gozemos de este amor delirante.

Siendo tuya me siento vibrar,
en ese espacio de mi libertad.
Ámame...tómame...siénteme...
y yo de tu cuerpo beberé.

Dejame acariciarte todo,
mientras me besas con agonía,
te miro...respiras entrecortado,
no te canses hasta que despunte el dia.



martes, 25 de agosto de 2009

AÚN TE SIENTO

Han pasado dos años ya, desde que por primera vez te dirijiste a mi, dandome la bienvenida a tu mundo, a tu vida.
Dos años, y aqui sigo enganchada a ti.
Dos años...
de...alegrias...llantos...disgustos...felicidad...decepciones...
ilusiones...sueños...silencios...vacíos...pasión...poemas...palabras...y amor, sobre todo, mucho amor.

Ahora que no te veo, que no se nada de ti...ahora te siento.
_ Te siento como cuando te sentía al otro lado de la línea....riendo con esa fuerza que te caracteriza, y ese acento que me hacía estremecer cada vez que te escuchaba.
_ Te siento como cuando te esperaba sentada en aquella terraza del bar, recuerdas?...yo me quedaba con él, para que no le vieran y no nos echaran, mientras pedías la consumición.
_Te siento como aquellos dias en que cogidos de la mano paseabamos por nuestro jardín secreto.
_ Te siento, si...por todos esos momentos que hemos compartido tu y yo.
Sentados en aquel banco, frente a frente, parece que te veo, agarrandome de la barbilla y acercandome hasta ti, para dejarme un dulce beso en los labios.
_ Te siento como cuando con tus ojillos picaruelos me decías que te encantaba estar conmígo, que cada dia se te hacía mas dificil volver a tu ciudad y dejarme a 400 km...sabiendo que al rato nos echaríamos de menos sin remedio.
_ Te siento aun como cuando compartíamos risas...y mucha complicidad.

A veces vuelvo a nuestro rincón, y me siento a la orilla del rio a ver los patos, como hacen su vida sin mayores preocupaciones que la de encontrar comida cada dia.

Aun te siento muy mio, a pesar de que no se si volveremos a vernos.
Tu me dijiste un dia que te entristecía mirar atrás y recordar todos esos momentos tan bonitos, y no poder disfrutarlos nunca mas.
La moral a veces nos hace muy vulnerables, a todo.

Recuerdo aquella tarde paseando, que de pronto te paraste ante mi, y me dijiste: Quiero hacerlo, quiero estar en tu vida, sentirte cada mañana, compartir mi cama contigo, y saborear la felicidad junto a ti. Pero tu sabías lo que suponía todo eso.
Dejar una vida y embarcarnos en una experiencia en blanco, sin saber como saldría.
Ahora lo pienso y se que fuimos cobardes.
Por eso, aunque no sea lo apropiado, o justo para otros...yo diría que ante todo hay que luchar por esa felicidad todo lo que se pueda...una vez que se presenta, hay que agarrarla con uñas y dientes, como sea...pero no dejarla marchar.

Nosotros la dejamos marchar aun sabiendo que podríamos haber sido felices, pero tu elegiste la comodidad de no arriesgarte. Ese miedo a la responsabilidad te ha hecho pensartelo mucho, por el miedo al fracaso.
Por todo esto, y porque se que aun me recuerdas...te siento dentro de mi.


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